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viernes, 25 de febrero de 2011

jueves, 24 de febrero de 2011

Los niños de París y el violín...


Una de las cosas que más me impactó cuando llegué a París, era observar como l@s niñ@s de esta ciudad disfrutaban de los múltiples escenarios artísticos y culturales que aqui nos presentan, de los conciertos de violín, piano y opera; y no es que nuestr@s niñ@s en Colombia no lo hagan, simplemente la formación artística y cultural es distinta, los géneros y los gustos son diferentes.

Recuerdo bien, como un domingo de octubre, a las diez de la mañana, asistí con la señora Anne-Lise, dama que de manera muy gentil me acogió en su apartamento los primeros dias de mi estadía en Francia, una científica de ochenta años a la cual le estaré eternamente agradecida y de la cual hablaré en otra oportunidad, ya que representa todo un mundo de conocimiento. Como decía, asistí con ella a un concierto de violín, allí nos encontraríamos con otros amigos de ella para disfrutar de esta mañana de domingo. De manera sorprendente al entrar al Teatro de Châtelet, ví que no quedaba una sola silla libre, el teatro estaba lleno de artistas, violinistas como espectadores, curiosos y sobretodo había una muy representativa cantidad de niñ@s acompañados por sus padres, por lo que pude analizar en ese instante, eran pequeñ@s entre los siete y los diez años de edad; me llamó la atención, ver que est@s personajes asistían a este tipo de evento que en Colombia es mas frecuentado por los adultos; igual miré el repertorio y pude ver que no había ninguna programación especial para niñ@s, que igual habría podido ser el caso.

Lo mejor sucedio cuando después de cada acto de los cuatro violinistas que se presentaron aquel día, pude presenciar la emoción y los desbordados aplausos de aquell@s niñ@s que no cesaban de hacerlo, de verdad que nunca había disfrutado tanto del goce y del placer que un violín podía producir en un pequeño que en ese momento reaccionaba mas como un adulto y un gran conocedor de este género, sin mencionar la atención con la que escuchaban las armoniosas y descrestantes melodias. Quizas, ignorantemente, había imaginado que al igual que la mayoría de l@s niñ@s en mi país, aquí también un domingo en la mañana ellos se dedicarían a estar con los papás en sus casas viendo dibujos animados o fuera de ella haciendo deporte. Tiempo después comprendí, que gracias a los apoyos económicos que presta el gobierno Francés a los padres de familia, l@s nin@s pueden iniciar su formación artística desde corta edad, a los seis comienzan a estudiar la flauta, el violín, el piano; otros se inclinan mas por el solfeo, la coral, el ballet... ah! y por cierto, como los miércoles no tienen clase, ese dia muchos practican de igual manera judo, karate u otro tipo de deporte.

En conclusión, las maneras de entretenimiento y del aprovechamiento del tiempo libre de nuestr@s niñ@s y l@s niñ@s franceses es bien lejana, y al mismo tiempo es bien notable el factor económico; lo que hace que la formación artística y cultural de ambos países sea percibida y desarrollada de manera diferente.

Liliana Mejía

jueves, 10 de febrero de 2011

Octubre de 2008, París, todo un sueño

En enero de 2008 había decidido que quería cambiar de vida, o bueno, más bien cambiar mi rumbo por un buen tiempo. Era algo que realmente venia deseando desde hacia varios años, desde la época de estudiante en el programa de idiomas en la Universidad de Antioquia, pero era algo que veía muy lejano, podría decir que casi que imposible. Sin embargo, con el transcurrir de los años, vamos cambiando la forma de ver las cosas, las realidades son otras...

Llega la época del primer verdadero empleo, de comenzar a ganar dinero, de saberlo utilizar, de economizar y como por arte de magia, y obviamente de mucho trabajo, se activa de nuevo ese deseo siempre anhelado, ese sueño ahora un poco mas alcanzable. Mi deseo era continuar mis estudios en París-Francia, la ciudad luz, la llamada ciudad del amor, el icono de la moda; quería aprender bien su lengua, conocer una cultura diferente a la mía; "vivir" el desarrollo de este país aveces inimaginable; si señores, era "La France" a donde yo quería llegar. Recorrer las calles tal cual lo hacia Amélie Poulain (Audrey Tautou ) en su film. Ver las obras de tantos artistas famosos, Cézane, Dalí... pero sobretodo recorrer y disfrutar de la encantadora arquitectura que nos presenta esta hermosa ciudad llamada Paris.

Hoy, casi tres años después, aún me maravillo de la belleza de sus calles, de la arquitectura de sus casas, museos, teatros... todas haciendo parte de su historia, del patrimonio histórico y cultural que representa cada uno de sus diseños; de la acordeón y el violín sonando en las estaciones del metro y en los vagones, melodías tocadas por "artistas callejeros" que viven de lo que recogen en cada viaje. También me maravillo de su idioma, del romanticismo que este genera cuando es pronunciado, ahora que lo entiendo es que lo disfruto mas; del amor por el arte y la cultura y el interés de sus habitantes por conocer su historia.

Es interesante ver todo un choque de culturas, cuando vas en el metro y escuchas las diferentes lenguas habladas, las vestimentas utilizadas, las tradiciones en sus gestos, hábitos e inclusive la manera como profesan las diferentes religiones.

A través de este blog, mi blog personal, quiero contar con calma pero con entusiasmo las diferentes experiencias que he vivido en esta hermosa ciudad; ahora también mi ciudad gracias a mi estatus de casada con un ciudadano francés. Cuatro párrafos como abrebocas de lo que serà mi blog. A través de él, quiero hablar de la cultura con sus diferentes identidades, del desarrollo del país, de como los colombianos no estamos tan atrasados en nuestro desarrollo, el cual se fundamenta mas en lo económico. Quiero igualmente compartirles fotografías y vídeos, artículos...

Bienvenidos a mi Blog!!!

Liliana Mejía